Es una fecha propicia para reflexionar sobre el uso racional que le damos a la energía, y actuar en consecuencia.
La eficiencia energética se plantea como una de las políticas de freno para el cambio climático, desarrollo de energías renovables y una política de transporte menos agresiva con el medio ambiente en el que vivimos.
Ello no implica renunciar a la calidad de vida, sino la obtención de los mismos bienes y servicios energéticos empleando para ello menos recursos. Esto se consigue con la mejora de los procesos, la cogeneración, el reciclaje, el uso de productos menos contaminantes y un consumo inteligente, es decir, utilizar solo aquella energía que realmente necesitemos.
Es increíble que mientras hay tanta discusión en los diversos medios de comunicación acerca de la energía y la reducción de carbono, la mayoría de personal de la planta no se dan cuenta de que hay oportunidades increíbles para cortar el desperdicio de energía y gases de carbono en sus propias narices. Estas son oportunidades que podrían incluso mejorar la competitividad de su empresa.
Por último recuerde que La Tierra no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos.
Hasta la próxima,
Marcelo Cassani
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