Es frecuente que los clientes mencionen que «nunca» tienen problemas con el aire comprimido. Pero al reparar las maquinas o hacer frente a una garantía los problemas están a la vista indudablemente.
En este caso tenemos a un cliente con unas válvulas usadas en el embrague de unas prensas. Luego de un par de fallas aleatorias sin razón aparente, el cliente nos trajo la válvula porque fallaba.
Antes de desarmarla con el cliente a mi lado lo primero que inspeccione es el estado de las conexiones ya que exteriormente la válvula lucia como nueva.
Lo que me encontré fue esto:
Como pueden observar en la entrada de la válvula se nota gran cantidad de oxido. Esto nos indica humedad en las lineas y potencial de corrosión.
No quiero aburrirlos con las fotos del interior de la válvula si la entrada presentaba esas cantidades de oxido.
Por ese motivo, cuando usted este realizando una reparación y vea problemas como este, no niegue sus problemas, reconozcalos y resuelvalos, a la corta o a la larga nos terminamos dando cuenta que es lo que ocurre dentro de los caños celestes de su industria.
En el caso de la humedad, en los caños metálicos, esta genera importantes cantidades de oxido que se van desprendiendo con el paso del aire comprimido y terminan erosionando como un arenado a los componentes neumáticos del sistema reduciendo la vida útil y elevando los costos de mantenimiento.
En una cañería bien diseñada el aire circula a 6m/seg (en el 95% de los casos el aire llega a ser mas del doble y triple) con lo cual la velocidad del impacto de las partículas es muy elevada y el deterioro de los componentes tiene una velocidad asombrosa.
Por suerte esta falla solo quedo en una anécdota de la falla que podría haberle costado una mano a un operario de nuestro cliente.
Hasta la próxima,
Marcelo Cassani
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